Con la marcha de las altas temperaturas de nuestra península y la llegada de las primeras lluvias, se crea en nuestras preciadas montañas una perfecta mezcla de factores que consiguen que esta sea una de las mejores épocas del año para la práctica de ciclismo, al adquirir la montaña esas primeras tonalidades de verde que les devuelven ese encanto que tenían antes de la época estival. Pero……no es todo oro lo que reluce en esta época del año, ya que con ella viene de la mano el barro, arma de doble filo para todo ciclista, ya que él puede ser el responsable de que una ruta por la montaña se convierta en la más emocionante de nuestras vidas o por el contrario en la peor de las odiseas, sobre todo para los componentes de nuestra bicicleta que serán los responsables de sufrirlo.
Es por ello que en el presente artículo hablaremos de un mantenimiento específico y a fondo de nuestra bicicleta mtb para después de rutas en las que el barro haya estado presente en gran cantidad, a fin de que para la siguiente ruta nuestra bicicleta esté en perfectas condiciones, libre de ruidos y de fricciones.
En primer lugar empezaremos por la transmisión de nuestra bicicleta, realizando un mantenimiento convencional de esta, para posteriormente proceder a la comprobación de que la cadena se encuentre en perfectas condiciones, ya que en las rutas con grandes cantidades de barro este se acumula en gran cantidad en la patilla del cambio, pudiendo provocar que alguno de los eslabones se doble o agarrote, lo que puede llevar a la rotura de la cadena, o peor aún a la rotura de la patilla del cambio. Para esta comprobación bastará con mover las bielas en sentido contrario y cerciorarse se que la cadena pasa perfectamente por las rulinas o roldanas de la patilla del cambio. Si alguno de los eslabones no se encontrase en perfecto estado bastará con sustituirlo ayudados de un tronchacadenas y un eslabón de cierre rápido. Una vez comprobado todo esto le llegará el turno al eje de las bielas, para ello y ayudados de un extractor de bielas sacaremos el eje del pedalier. Lo fundamental aquí será eliminar cualquier resto de humedad o de barro que pueda estar presente, por lo que ayudados de un trapo seco limpiaremos bien el eje para después lubricar con un poco de grasa y volver a montar.
Otra de los componentes que puede ser culpable de producir ruido serán los pedales de la bicicleta, por lo que si al pedalear escuchamos un ruido o crujido, y si este sólo esta presente al hacer fuerza, habrá que desmontar el pedal para realizar la misma operación que con el eje del pedalier, es decir, limpiar con un trapo que no deje residuos y prestar atención a que ningún tipo de impureza se quede instalada en la rosca del pedal.
A continuación le llegará el turno a uno de los grandes olvidados en el mantenimiento de la bicicleta, y este es el sillín y la tija, culpable en muchas ocasiones de nuestra locura a la hora de intentar localizar un ruido en nuestra bicicleta. Ya que al realizar rutas con agua y barro este penetra en todas y cada una de las partes de nuestra bicicleta, por lo que al secarse deja una arenilla que es la que produce los crujidos. En este caso, y realizando alguna marca para no perder la altura y retroceso de nuestro sillín bastará con desmontar y limpiar la tija y las guías del sillín, primero con un trapo húmedo y después con un trapo seco hasta eliminar la humedad en su totalidad, sin usar ningún tipo de lubricante.
Por último le llegará el turno a la dirección de la bicicleta, en ella también se alojan una gran cantidad de residuos al saltar estos desde la rueda delantera. Para ello bastará con aflojar el tornillo que se encuentra en la tapa de la dirección de la potencia, una vez aflojado se podrá separar la horquilla del cuadro, y será el tubo de la horquilla el que habrá que limpiar de nuevo con un trapo que no deje residuos hasta no dejar ningún tipo de impureza, para después añadirle un poco de grasa convencional y volver a montar.
Si bien es cierto que este tipo de limpieza a fondo es la apropiada para rutas de mucho barro, no está de mal cada cierto tiempo realizar una limpieza a fondo de nuestra bicicleta con el fin de alargar la vida de esta, ahuyentando así esos fantasmas que se meten en forma de ruido en nuestra bicicleta, robándole el protagonismo al espectáculo que la montaña nos ofrece.
Pedro J. Maldonado
Fotografía tomada de saltandocharcosburgos.blogspot.com.es
www.bikepolis.com, especialistas en accesorios para bicicletas y cubiertas mtb
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